Aquí es donde Samuel (Ernesto Alterio) tiene que tomar la decisión final. ´El policía, que después de ser atropellado se encuentra en el año 1978, sigue teniendo sueños con la mujer vestida de rojo, que le pide que la ayude mientras sale corriendo.
Asímismo, sigue intentando ayudar a sus padres, José y Rosa (Biel Durán y Manuela Vellés), investigando por su cuenta. Samuel se cree todo lo que José le cuenta, y está convencido de que el hijo yonqui de Felipe tiene que haber sido el asesino, aunque como estaba tan colocado ni él mismo se acuerda de nada.
Sin embargo, las investigaciones de su jefe, Quin (el presentador de Quién quiere ser millonario Antonio Garrido) y la secretaría de la policía Ana (Manuela Velasco) señalan cada vez más a su padre.
Todo llega al final en la boda de un familiar, a la que Samuel acude como niño y como adulto. Allí ve a su padre, José, escapando de varios policías, y se da cuenta de que él sí fue el asesino. Después de una persecución, se quedan solos Samuel y José. Samuel se enfrenta a su padre y le pregunta por el dinero que ha desaparecido, y José le reconoce que sí fue él, y que el dinero aún lo tiene.
Al final, Samuel lo dejará marchar, con la condición de que nunca jamás vuelva a dar señales de vida. Acto seguido, dispara al aire para dar una falsa pista. Rosa tiene que decirle a Samuel niño lo que Samuel adulto había querido evitar todo el tiempo: que su padre tenía que irse aunque lo quería mucho.
Cuando todo está más tranquilo, Samuel y Ana vuelven al tunel por donde él había viajado en el tiempo. Por fin, una luz señala que el policía puede volver a su vida en el año 2009. Ella se niega a ir al futuro con él, porque echaría de menos su trabajo, su familia y amigos.
Samuel se pone a andar hacia la luz, pero a medio camino se lo piensa y vuelve diciendo que desde el principio todo tenía que ver con ella.